LOS ARZOBISPOS DE VALENCIA: 1974- 2012
Monseñor Luis Eduardo Henríquez, quinto Obispo y primer Arzobispo de Valencia
V
El quinto Obispo de Valencia, y primer
Arzobispo, corresponden a Mons.
Luis
Eduardo Henríquez Jiménez, el primer valenciano que recibe el Palio
Arzobispal
[1]. Tomó Posesión Canónica el 6
de enero del 1973. Si Mons. Lebrún, como buen Pedagogo, enseñó los nuevos
cambios realizados por el
Concilio Vaticano II, Mons. Henríquez hizo
cumplir con mucho celo esos cambios. Él mismo dejó escrito lo que significó
esta reforma:
El Concilio Vaticano II, suscitó una
saludable renovación doctrinal, institucional y disciplinar, pero dentro de
este movimiento renovador, se ha notado también –quizás como fenómeno de
asentamiento- un verdadero cuarteamiento institucional y un desconcierto
espiritual, no solamente en Venezuela, sino a nivel de todo el orbe católico.
(…).
Entre nosotros, dentro de una sana y
valiosa renovación litúrgica, que ha
hecho participar más activa y fructuosamente a los fieles en el culto y en la
vida sacramental, no han faltado abusos caprichosos por parte de individuos o
de grupos, en la celebración de la Eucaristía o los sacramentos, que no
solamente han herido y desconcertado a la mayoría de los fieles que se siente
tocado en lo más íntimo como es su relación con Dios, sino que hasta han
conllevado desviaciones doctrinales y peligros para la misma fe… (…)
Más, por desgracia, no siempre se ha tenido
la prudencia necesaria y el equilibrio en las reformas. Se han sacrificado
algunos auténticos valores tradicionales; ha disminuido la intensidad de la
vida interior; se ha amortiguado el
sentido hacia Dios al afirmar con demasiada vehemencia un horizontalismo
sociopolítico… Todo esto ha traído un número notable de abandonos al sacerdocio
y a la vida religiosa….
Su preocupación, en todo su Episcopado,
fue cultivar una buena formación doctrinal a todos los fieles cristianos,
especialmente a los futuros sacerdotes para una excelente pastoral diocesana.
Como muestra de su preocupación nunca dejó de participar como profesor del Seminario
Nuestra Señora del Socorro, al cual elevó, en el año 1983, a la categoría
de Seminario Mayor, creando la Escuela de Filosofía. Mons. Henríquez conocía la
realidad de su Diócesis por su continua Visita Pastoral, como la realizaron sus predecesores.
Ya hemos hecho referencia muchas veces por
la preocupación de los Obispos de Valencia hacia el crecimiento de la población, aspecto éste que
se acentuó más aún durante los años del Episcopado de Mons. Henríquez. En una
Carta Circular, con fecha 29 de enero de 1978, por motivo del nombramiento de
su Obispo Auxiliar Mons. José Joaquín
Troconis, escribía lo siguiente:
La
Arquidiócesis de Valencia que comprende todo el Estado Carabobo crece con ritmo
acelerado en habitantes; es la zona de Venezuela más altamente industrializada
que progresa sin cesar e impulsa la transformación de nuestro Estado. Valencia
tiene una Universidad con decenas de millares de estudiantes y una vida
cultural extensa. Estos factores y otros más hacen que sea muy difícil cumplir
solos, a cabalidad, todas las tareas Episcopales[3].
La escasez de sacerdotes que siempre tuvo
la Diócesis se hizo notar con más fuerza por la necesidad pastoral en ella. A
pesar de esto, Mons. Henríquez crea, a los pocos meses de tomar Posesión
Canónica, una nueva Parroquia “Corpus Christi”, en Tarapío, Naguanagua, el 20
de julio de 1973. Durante su pontificado creó las siguientes Parroquias: “Sagrado
Corazón de Jesús”, en La Isabelica, el 20 de septiembre de 1974; “Cristo Rey”,
en Nueva Guacara, el 2 de febrero de 1975; “Nuestra Señora de La Luz” (hoy
Santa Eduvigis), en la Vivienda Rural de Bárbula, el 16 de julio de 1975; se
creó la Vicaría de El Naipe con las Hermanitas de los Pobres de Maiquetía, el
18 de abril de 1977; “Nuestra Señora de La Medalla Milagrosa”, en Yagua, el 27
de enero de 1980; “La Sagrada Familia”, en la zona sur de Valencia, el 11 de
septiembre de 1989; “Nuestra Señora de La Medalla Milagrosa” (hoy la Ascensión
del Señor), en Agua Blanca, el 12 de marzo de 1990; también, en esa misma fecha
se creó la de “San Antonio de Padua”, en Prebo; y “San José de Calasanz”, en la
zona sur de Valencia, el 26 de marzo de
1990.
Después de una larga espera, el 12 de
noviembre de 1974, la Diócesis recibió el rango de Arquidiócesis, otorgado por
el Santo Padre Paulo VI.
Así se convierte Mons. Henríquez en el primer Arzobispo de Valencia. Se le
asignaron como Diócesis Sufragáneas la de Maracay y la de San Carlos. Esto es
el signo visible de una Iglesia en expansión espiritual y pastoral. El acto de
elevación de Diócesis a Arquidiócesis se efectuó el 2 de febrero de 1975. Con
ello la Iglesia valentina comenzó un nuevo proceso de organización pastoral.
Logo de la Arquidiócesis de Valencia
En 1978 la Arquidiócesis estrenó su primer
Obispo Auxiliar; fue un sacerdote zuliano, Mons.
José Joaquín Troconis Montiel, quien asumió el cargo de Auxiliar y
Vicario General de la Arquidiócesis,
el
2 de febrero de ese año. Cuatro años después,
Mons. Henríquez solicitó otro Obispo Auxiliar, y fue nombrado un
sacerdote carabobeño, Mons.
Nelson
Antonio Martínez Rust[4]. El 2 de enero de 1983 Mons.
Henríquez creó la Vicaría Episcopal de Puerto Cabello, encomendada a la
atención directa de su segundo Obispo Auxiliar Mons. Martínez Rust. La capacidad
organizativa de Mons. Henríquez le permitió visitar pastoralmente toda la
Arquidiócesis de Valencia.
Monseñor Nelson Martínez Rust, segundo Obispo Auxiliar de Valencia
Con el primer Arzobispo de Valencia, Mons.
Henríquez, comienza a crearse en la Arquidiócesis un clima de amor y respeto a
la Teología incancelable sobre el Ministerio Sacerdotal o sobre la vida y
formación de los futuros sacerdotes. Su profundidad y sabiduría, su vida y su
Teología, la expresaba ya desde el inicio de su Episcopado, como Obispo
Auxiliar de Caracas:
He procurado, pues, hurtar a mis tareas
episcopales para dedicarme al estudio del sacerdocio y sus problemas; movido,
no por el temor y la preocupación ante la crisis, el desconcierto y hasta la
desbandada sacerdotal, sino por amor y fidelidad a ese inefable don que es
nuestro sacerdocio, incancelablemente arraigado en nuestra vida[5].
En sus
Bodas de
Oro Sacerdotales y de Plata Episcopales fueron publicadas
algunas Homilías cargadas de esa misma Teología profunda, que expresaban su
celo y desvelo por el Ministerio Sacerdotal.
“
En otras palabras -como lo
expresaba el Señor Cardenal José Alí Lebrún-
no sólo nos convence que cree en las verdades que expone, sino que
siente y vive estas verdades y ajusta su conducta y su palabra a ellas como
algo existencial... (
Las homilías)
dejan en el alma un gran aprecio al sacerdocio, a las enseñanzas de la
fe y a las virtudes cristianas y sacerdotales. Ha sabido componer sus discursos
con piedad, con teológica solidez y resaltante belleza literaria”
[6].
Una de las obras que realizó Mons. Henríquez
fue el “Centro Vocacional Monseñor
Salvador Montes de Oca”, destinado a los ejercicios espirituales del Clero
y encuentros vocacionales para los futuros seminaristas.
Fortaleció la formación y promoción del
laicado valenciano, teniendo como prioridad la Catequesis de Adultos, ubicando
el Secretariado Catequístico en una sede propia. En 1974, gracias a Mons.
Henríquez, pudo reanudarse la publicación del Boletín Diocesano,
“que
es hoy día una verdadera cantera para el estudio de la vida de la Iglesia en
Carabobo”, como lo
expresó el II Arzobispo de Valencia, Mons. Urosa, en su ponencia de
incorporación a la Academia de Historia del Estado Carabobo. Por
el espíritu infatigable de Mons. Henríquez de estar siempre al día, el año 1985
convocó el Segundo Sínodo Arquidiocesano de Valencia.
La primera Ordenación la realizó el 15 de
agosto de 1973, recibiendo el Orden Sacerdotal el Diácono Jorge Salinas. El 30 de junio de 1974 recibió el Orden Sacerdotal
el Diácono Paolo Borelli (Operario).
El 24 de mayo de 1975 fue ordenado Sacerdote el Diácono Oscar Ignacio Vargas (Salesiano). En ese mismo año, el 9 de
noviembre fue ordenado Sacerdote el Diácono Eduardo González Castillo. También, ese año, el 8 de diciembre
recibió Ordenación Sacerdotal el Diácono Eduardo
Álvarez Martínez. El 14 agosto 1976 se le confirió el Orden Sacerdotal al
Diácono Reinaldo Del Prette Lissot (futuro Obispo).
El total de ordenaciones en el pontificado
de Mons. Henríquez fueron las siguientes: 1977: Esteban Armas,
Jesús Chávez, Ricardo Guerra, Iván Mestre; 1980: Miguel
Alfredo Jiménez Flores; 1981: William Guerra Marrero, Máximo
Cristóbal de Jesús Rodríguez León; 1982: Pitter Antonio Fernández Molina;
1983: Roberto Rodolfo Sipol Hereschweriger, Oscar
Alberto Martínez Ramírez, José Francisco Jiménez Rodríguez; 1984:
Luis Alberto Parada Salcedo, Tulio Luis Ramírez Padilla, Jesús
Guitián Escobar; 1985: Rudy Rajk Miscovich; 1986: Eduardo
Bericoto Villegas, Noel Alberto Herrera, Moises W. Pérez Lugo, Napoleón
Pérez Rivas (Operarios). Ramón
Alfredo Oliveros, Salesiano,
por manos de Mons. Enzo Ceccarelli; 1987: Víctor Raúl Urbina Bardales; 1988: Julio Ramón Rodríguez García, César Abelardo Bayone
Pacheco; 1989: Pedro Américo De Freitas Ferreira, Oscar
Alfonso Monzón Rodríguez y Arturo Luis Uzcátegui Serrano. Y
un Diácono Permanente: Rafael Cury.
El 17 de marzo de 1990, la Santa Sede
publicó la aceptación de la renuncia que presentó a su Gobierno Episcopal el Señor Arzobispo Mons. Henríquez, al cumplir
sus 75 años de edad. Falleció este insigne Obispo el 8 de agosto de 1991.
VI
Al mismo tiempo de haberse publicado la
aceptación de renuncia al Gobierno Eclesiástico del Excmo. Mons. Luis Eduardo Henríquez,
se participó el nombramiento de su sustituto, concediéndonos la gracia de haber
sido designado como máximo rector espiritual de esta Arquidiócesis al Excmo.
Mons. Dr.
Jorge Liberato Urosa Savino[7]. En su haber trae una larga
experiencia como Obispo Auxiliar de Caracas, cargo para el cual fue elegido el
día trece de julio del año 1982 y consagrado el día veintidós de septiembre del
mismo año. Tomó Posesión Canónica de la Sede Valentina el día veinticinco de
mayo del año
1990; al final de su
Homilía, en la que desarrolló como tema central: “
El Buen Pastor da la vida por sus ovejas”,
manifestó en una plegaria a Nuestra Señora del Socorro, su Programa de Vida
Pastoral:
“
Oh
Virgen Santa, Señora Nuestra del Socorro: al comienzo de mis labores pastorales
como Arzobispo de Valencia, pongo en tus manos bondadosas mi pontificado. Protégeme,
socórreme con tu tierno amor, para que en todos mis actos, con los sacerdotes y
religiosos de esta Iglesia, y con el pueblo fiel que el Señor me ha
encomendado, glorifique a tu Hijo Jesucristo. Intercede ante nuestro Padre
celestial para que sea Él siempre quien ‘dirija mis pasos’ (Lema Episcopal de S.E. Monseñor Dr. Luis
Eduardo Henríquez Jiménez), a fin de que
‘construyendo la verdad en el amor’ (Lema Episcopal de S.E. el Cardenal
José Alí Lebrún M.) pueda,
como tu Divino Hijo y en unión con Él, que ‘no vino a ser servido sino a
servir’ (Lema Episcopal de S.E. el Cardenal José Humberto Quintero) hacer de mi vida una oblación grata a Dios
‘para que el mundo viva’(Lema Episcopal de S.E. Monseñor Dr. Jorge L. Urosa
Savino)” [8].
Monseñor Jorge Liberato Urosa Savino, sexto Obispo y segundo Arzobispo de Valencia
Con esta oración de confianza en María
Santísima, el segundo Arzobispo de Valencia comenzó su Pontificado valenciano.
Creó el Departamento de Comunicaciones, el 20 de agosto de 1990; fue el
comienzo de una nueva era ante las exigencias modernas de los Medios de
Comunicación Social, y designó como Director al Pbro. Jesús Guitián (fallecido
el 1 de junio de 1996). En su Episcopado da nuevo impulso al Boletín Oficial de
la Arquidiócesis de Valencia
PRESENCIA,
creando la
Carta Arquidiocesana
con la finalidad de “mantener actualizados
a los Sacerdotes, Religiosos (as) que trabajan en nuestra Arquidiócesis con
relación a la Actividad Pastoral”[9]. Es
comprensible la importancia que él da a los Medios de Comunicación como guía y
pastor:
“El
reto de una vida cristiana auténtica y virtuosa en un mundo golpeado por el
paganismo; el reto de la lucha contra la terrible crisis moral que afecta a
Venezuela; el reto de anunciar a Jesucristo en una sociedad que pareciera
prescindir de Él y de sus exigencias; el reto de servir a los pobres como lo
haría Jesús. El reto de darle a esta Iglesia los sacerdotes, religiosos y
religiosas que necesita hoy y para mañana”
[10].
El 1 de marzo de 1991 creó la Parroquia “Nuestra Señora del Valle”, en
Puerto Cabello. El 10 de noviembre, bendijo la Capilla “Nuestra Señora de La
Milagrosa”, en la Urbanización La Pradera, en la Parroquia “Nuestra Señora del
Carmen” en San Joaquín. El 1 de marzo de 1992 creó la Vicaría de “San José” de
Los Naranjos como
Cuasiparroquia. El 24 de junio creó la Parroquia “San
Juan Bautista”, en el sector de Campo de Carabobo. El 26 de septiembre instaló
la Comunidad de las Hermanas Marianitas en la Vicaría de San José, Los
Naranjos. Al día siguiente bendijo y consagró el Altar de la Capilla de esa
Vicaría. También bendijo la Capilla de la Comunidad “El Jengibre”,
perteneciente a la misma Vicaría. En una ponencia que tuvo como tema “La
Nueva
Evangelización y la Acción
Pastoral en la Iglesia Carabobeña hoy y mañana”, expuesta el 9 de marzo de
1993, Mons. Urosa presentó el dinamismo de la Arquidiócesis en el poco tiempo
que llevaba gobernándola:
“No cabe duda de que la Iglesia en Carabobo
tiene –y yo lo he manifestado repetidas veces– una gran vitalidad. Allí están
nuestras 63 Parroquias y 2 Vicarías de religiosas; nuestros activos y dinámicos
movimientos de apostolado seglar y nuestras asociaciones religiosas…”
[11]. El 3 de mayo del mismo
año, inauguró la Capilla de la Santa Cruz, en Güigüe.
Ya hemos dicho que Mons. Urosa, desde el
comienzo de su Pontificado ha insistido en los Medios de Comunicación; como
muestra de esto, está el apoyo que le ha brindado a la Planta Televisora
Regional NCTV Carabobo (Niños
Cantores Televisión Valencia), Canal 36; siendo además el primero en dar
testimonio de la importancia de la comunicación, a través del programa denominado “Palabra de Vida”, que Su Excelencia presenta en el citado canal.
El 22 de agosto de 1993, en jurisdicción de la Parroquia de Los Guayos, bendijo
una Iglesia provisional en la Urbanización Paraparal, dedicada al Misterio de “La
Presentación del Señor”. El 26 de septiembre del mismo año bendijo la Iglesia
de “El Divino Redentor”, en el sector El Rincón, en Bejuma.
Desde el mes de junio del año 1990 hasta
el año 1993, el Señor Arzobispo inauguró y
bendijo las siguientes Capillas: “Sagrado Corazón de Jesús”, en La
Isabelica; “Nuestra Señora de La Coromoto” en el Barrio La Lagunita, en
Tocuyito; “El Divino Redentor”, en Altos de Reyes, Bejuma; la Iglesia de Los
Caobos, dedicada a “Jesucristo Buen Pastor”; la Casa Parroquial de Chirgua, y
la de San Miguel. También inauguró la Iglesia dedicada a “La Santa Cruz”, en
Las Dos Bocas, perteneciente a la Vicaría de Los Naranjos.
El 24 de diciembre de 1993, la
Arquidiócesis estrena un nuevo Obispo Auxiliar: el Excmo. Mons. Reinaldo Del
Prette Lissot
[12]. Su Ordenación Episcopal se
efectuó el 5 de febrero de 1994. El 21 de mayo del mismo año prosigue Mons.
Urosa acrecentando la infraestructura pastoral de la Arquidiócesis, inaugurando
la Iglesia de Trapichito de la Parroquia de San Juan Bosco; y el 3 de julio
bendijo la Iglesia dedicada al “Divino Niño Jesús” en la zona de Aguas
Calientes, elevando la misma
a Parroquia
el 12 de noviembre del año siguiente, desmembrándola de la Parroquia de
Mariara.
Después de un proceso lento para estudiar
la creación de una nueva Diócesis, el Señor Arzobispo por iniciativa propia y
con el apoyo unánime de la
Conferencia Episcopal de Venezolana (CEV)
formuló la petición a la Santa Sede, prevaleciendo su preocupación e interés en
atender mejor el servicio pastoral de su población y grey carabobeña, pues, el
crecimiento vertiginoso de ella es abrumador. El 5 de julio de 1994, el
Santo
Padre Juan Pablo II decretó la creación de la nueva Diócesis de Puerto
Cabello, desmembrada de la Arquidiócesis de Valencia. Más tarde, el 15 de
octubre, se erigió canónicamente, y al mismo tiempo se celebró la Ordenación
Episcopal de Monseñor Ramón Antonio Linares Sandoval, como primer Obispo de
Puerto Cabello
[13].
Catedral de Puerto Cabello (San José)
El 11 de agosto de 1994 el Señor Arzobispo
es designado Individuo de Número del Centro
de Historia del Estado Carabobo, institución recientemente elevada a
Academia. El 24 de septiembre de ese año bendijo la Capilla del “Sagrado
Corazón de Jesús”, en Vigirima, Parroquia de Yagua. El 16 de octubre creó la
Parroquia “San Pancracio”, en ámbito zonal de Las Agüitas, desmembrada de la
Parroquia “San Antonio de Padua” en Los Guayos. El 22 de octubre, Mons.
Reinaldo Del Prette, bendijo la Capilla “Nuestra Señora de La Coromoto”, en el
sector Nueva Montalbán (INAVI) en la Parroquia Montalbán; también, el 20 de
noviembre y en esa jurisdicción, bendijo el Sr. Arzobispo Mons. Jorge Urosa
Savino la Casa del Nazareno,
destinada a la atención del anciano. El 18 de diciembre bendijo la Capilla “Santa
Luisa Marillac”, en el Barrio Aquiles Nazoa, de la Parroquia “Nuestra Señora
del Carmen” de Valencia.
En los primeros cinco años de plena
dedicación en su servicio como Arzobispo de Valencia, logra incrementar la
actividad pastoral en esta Arquidiócesis en diferentes facetas, reflejada en la
construcción de Iglesias, Capillas, Casas Parroquiales, fundación de Parroquias
y creación de nuevas áreas de atención a los fieles, a nivel parroquial y
diocesano.
El 29 de enero de 1995 consagró la Iglesia
nueva de la Parroquia “San José de Calasanz”, ubicada en el Barrio Las Lomas.
El 5 de febrero del mismo año consagró la Iglesia Parroquial de “San Antonio”,
en Prebo, destinada además como sede de la Parroquia personal de los italianos
y portugueses residentes en la circunscripción
de esta Arquidiócesis. El mes de octubre de ese año fundó una Casa
Religiosa con las Hermanas Carmelitas, en la Parroquia Divino Niño Jesús, en
Aguas Calientes, Mariara, cuyas religiosas tuvieron a su cargo, en esa sede,
una Casa Hogar para niños huérfanos, y, el 9 de diciembre, consagró la
Iglesia “Jesús de la Divina Misericordia”, en la Urbanización El Morro I,
perteneciente a la Parroquia de San Diego. El 4 de febrero de 1996 bendijo la Iglesia dedicada a La Milagrosa y
Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en el caserío La India, Parroquia de San
Pablo Ermitaño de Tocuyito. El 10 de marzo del citado año inauguró la Casa
Parroquial de Nuestra Señora de La Coromoto. El 30 de agosto del mismo año decretó
la nueva Parroquia María, Madre del
Redentor, desmembrada de la
Parroquia Santos Ángeles Custodios y San Isidro, en Floramarillo, y, el 1 de
septiembre bendijo la Iglesia Santísimo Redentor, a cargo de los Padres
Scalabrinianos. Finalizó ese año inaugurando el 22 de diciembre la Iglesia “Inmaculado
Corazón de María”, en la localidad de El Charal, Parroquia Central
Tacarigua.
Durante el año 1997, ejecutó lo siguiente:
el 2 de marzo inauguró la Iglesia Santa Teresita del Niño Jesús, ubicada en el
sector Nueva Valencia, Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes. El 22 de marzo
bendijo la Capilla San Judas Tadeo, en el caserío Isla de La Culebra,
jurisdicción de la Parroquia San Pancracio. El 14 de junio bendijo la Iglesia
Jesús Resucitado, ubicada en el sector Los Naranjillos, Parroquia San Agustín
de Guacara. El 2 de agosto bendijo la Iglesia San Vicente de Paúl, en la
Parroquia “Nuestra Señora del Carmen” de Valencia.
El 21 de octubre del citado año, en un
Discurso en la Sesión Solemne de la Asamblea Legislativa del Estado Carabobo
con motivo del Centenario de la muerte de Mons. Salvador Montes de Oca, en el
marco de los 75 años de la creación de la Diócesis, resumió, con sus propias
palabras, el crecimiento que ha tenido la Arquidiócesis bajo su dirección
pastoral:
En
estos siete años largos se ha podido fortalecer la vida de la comunidad
cristiana y la presencia vivificante y transformadora de la Iglesia en Carabobo
con una nueva Diócesis, la de Puerto Cabello, fundada por iniciativa mía, … Se
han creado siete nuevas parroquias, todas ellas en zonas menos favorecidas por
la fortuna; se creó y sigue funcionando con gran eficacia, el Programa
‘Comparte tu pan`, para llevar alimentos a la población más pobre del Estado,
con 40 comedores para la población infantil; se han inaugurado y bendecido 35
nuevas Iglesias y Capillas, se han construido 14 casas parroquiales y se han
restaurado completamente otras tres más. Todo ello habla de la actividad y la
vitalidad de la Iglesia, es decir, de los fieles cristianos animados por sus
sacerdotes… Hasta ahora se han fundado cuatro nuevas casas religiosas femeninas
y se han integrado a nuestra labor pastoral tres nuevas comunidades
sacerdotales: la Asociación Servi Trinitatis, la Fraternidad Misionera de María
y la Congregación de Hijos de la Sagrada Familia[14].
El 10 de octubre de 1997 decretó la nueva
Parroquia Jesús, María y José, en territorio desmembrado de las Parroquias San
Juan Bosco y San Juan María Vianney. El 2 de noviembre inauguró la Iglesia
Cristo Resucitado, en el Cementerio Municipal de Valencia.
Durante el año 1998 prosiguieron las
inauguraciones de Iglesias. El 28 de marzo inauguró la Iglesia San Ignacio de
Loyola, ubicada en el Barrio Bella Vista, sector II; el 25 de abril bendijo la
Iglesia La Resurrección del Señor, en la Urbanización La Esmeralda, Parroquia
de San Diego; el 26 de abril bendijo la Iglesia dedicada a Nuestra Señora de La
Coromoto, en el sector La Entrada, en Naguanagua. El 21 de julio consagró la
nueva Iglesia Parroquial El Espíritu Santo, en la Urbanización La Isabelica; el
26 de octubre inauguró la Iglesia Cristo Salvador en la Urbanización
Libertador, en la Parroquia San Pablo Ermitaño; el 20 de diciembre bendijo la
nueva Iglesia Santa Eduvigis, antes Nuestra Señora de la Luz, situada en
Bárbula; y el mismo día bendijo la nueva Capilla de La Santísima Trinidad,
ubicada en el Barrio del mismo nombre, en la Parroquia Nuestra Señora de
Guadalupe.
Iglesia "La Ascensión del Señor" en La Esmeralda, San Diego
El 20 de marzo de 1998 fue Consagrado como
Obispo Auxiliar, Mons. José Sótero Valero Ruz, gran impulsor
de la Evangelización y de la Catequesis en esta
Arquidiócesis. Fue elegido Obispo de Guanare por Su Santidad Juan
Pablo II, el 19 de marzo de 2001.
El 12 de marzo de 1999, Mons. Urosa comunicó en su homilía, con motivo de las Bodas de Oro del Pbro. Ángel Jiménez Sánchez, Operario
Diocesano, en un resumen maravilloso, el
crecimiento que ha tenido la Arquidiócesis
de Valencia:
“
De
esa Diócesis a la cual llegó el Padre Ángel Jiménez junto con sus compañeros,
entre ellos el Padre Zaldívar en 1962, ahora han brotado tres diócesis nuevas:
la Diócesis de San Carlos en Cojedes, la Diócesis de San Felipe en el Estado
Yaracuy y la Diócesis de Puerto Cabello que es la más reciente… En aquella
época todas esas actuales Diócesis tenían solamente 40 parroquias; hoy tienen
más de 80; había probablemente 45 sacerdotes; hoy son más de 90. Había, por
supuesto, un pequeño Seminario Menor; hoy tenemos ya el Teologado y también una
sede nueva, y un laicado activo, un laicado formado, un laicado verdaderamente preparado que, gracias a Dios está llevando el mensaje del Evangelio a
los diversos lugares en los cuales realizan su quehacer cotidiano”[15].
El 28 de noviembre inauguró la Capilla
San Andrés, en Noguera, jurisdicción Central Tacarigua. El día doce de
diciembre consagró la nueva Iglesia La Ascensión del Señor, en la Urbanización
Agua Blanca.
El año 2000 también fue un período
fructífero en bendecir nuevas Iglesias: el 13 de febrero la Capilla “Nuestra
Señora de Lourdes”, en el sector Algarrobal, perteneciente a la Parroquia “San
Juan Bautista”; el 19 del mismo mes la nueva Iglesia de “San José” de Los
Chorritos, Parroquia “Nuestra Señora de Las Mercedes”, y, el 27 la Iglesia “La Sagrada Familia”,
ubicada en el sector El Frío, Parroquia del Central Tacarigua; el 3 de marzo la
restaurada Capilla de “San Emeterio”, en el Caserío Las Colonias, Parroquia “Nuestra
Señora del Rosario”. El 8 de marzo decretó el Día del niño por nacer, a celebrarse
el 25 de marzo de cada año. El 2 de abril bendijo la Iglesia “San Isidro
Labrador”, en el sector El Cumbito, en la Vicaría de “San José” de Los
Naranjos.
Hasta el mes de julio del 2001 se habían
construido, inaugurado y bendecido o
consagrado 56 nuevas Iglesias y Capillas en todo el territorio de la
Arquidiócesis, contando también las construidas antes de la creación de la
Diócesis de Puerto Cabello en esa zona. Además, se restauraron o reconstruyeron
casi completamente otras tres Iglesias o Capillas. Son hasta ahora 16 nuevas
Casas Parroquiales, construidas durante el Episcopado del Señor Arzobispo Mons. Urosa.
Desde el año 1990 han venido a la
Arquidiócesis las siguientes Congregaciones Religiosas o Institutos de Vida
Consagrada: Los Hijos de la Sagrada Familia, la Asociación Servi Trinitatis,
la Fraternidad Misionera de María, y las religiosas de la Caridad del Cardenal
Sancha, las Hermanas Marianitas, y las Catequistas de Lourdes. Las Siervas de
Jesús, además de su Casa del Colegio Betania, abrieron una nueva comunidad
religiosa en el Seminario Nuestra Señora del Socorro.
Para proveer a una mejor atención al
clero, religiosos y fieles de la Arquidiócesis, el 2 de febrero de 2000, el
Señor Arzobispo nombró dos Vicarios Episcopales. Son ellos los Presbíteros Roberto Sipols Hereschweriger y Tulio Ramírez Padilla, Párrocos de
Ciudad Alianza y Naguanagua, respectivamente. Luego, 20 de abril de 2001,
fueron nombrados Vicarios Generales, debido al traslado del Excmo. Mons. José
Sótero Valero a Guanare, quien tomó
posesión de esa Diócesis el 28 de abril de 2001. Estos Vicarios Generales
fueron designados como Capellanes de Su Santidad Juan Pablo II, el 3 de mayo
del 2002.
El Excmo. Mons. Jorge Urosa Savino, a
pesar de la escasez sacerdotal, tiene una visión esperanzadora de atender todos
los rincones de la Arquidiócesis de Valencia, poniendo todo su interés por
construir una Iglesia más cercana y más actual a las necesidades del pueblo
carabobeño. Toda su labor pastoral está marcada por el gran deseo de hacer
presente a Jesucristo el Buen Pastor. Por eso, a continuación queremos resaltar
algunos aspectos de su acción pastoral.
En la Homilía pronunciada en la Santa
Iglesia Catedral el día de su toma de posesión, el nuevo Arzobispo Mons. Urosa
expresa su preocupación por la acción social y su afecto por los pobres. En
ella dijo: “Con el Episcopado latinoamericano en Puebla y con Su Santidad
Juan Pablo II en su reciente encíclica Sollicitudo rei socialis, manifiesto mi
compromiso y extiendo al clero, religiosos y fieles de esta Iglesia
Arquidiocesana de Valencia, la invitación a concretar nuestra opción, nuestro
amor preferencial a los pobres”.
Pues bien, al ver la terrible situación por la que estaban pasando gran
cantidad de carabobeños, al poco tiempo de estar en Valencia, con el apoyo de
sacerdotes y laicos comprometidos de la Arquidiócesis, lanzó un programa
especial de atención alimenticia a los sectores menos favorecidos, que se
llamó, por sugerencia de Don Felipe Quintero, Comparte tu pan.
Bajo los auspicios de Cáritas de Valencia, el programa se inició el 8 de
diciembre de 1990, y comprende dos metas: la fundación y coordinación de
comedores populares para los niños más pobres de las diferentes parroquias, y,
la distribución de bolsas de comidas a familias muy necesitadas, escogidas por
los párrocos. El programa ha sido dirigido desde entonces por el Lc. Leopoldo Fadul, distribuyendo en 10 y
medio años, más de 441.719 bolsas de
comida, y sostiene y favorece 34
comedores para niños en todo el territorio de la Arquidiócesis.
De igual manera, la acción social se ha
realizado con el impulso de Cáritas de Valencia mediante el programa de
supervivencia infantil, los programas de cursos realizados con el apoyo de Invecapi
para la juventud desocupada en orden a la formación para el trabajo, y la
celebración de las Semanas Sociales.
El Señor Arzobispo Mons. Urosa ha destinó
mucho de su tiempo y energías a la principal labor de la Iglesia: la
predicación de la Palabra de Dios, mediante las tareas de la Evangelización y
de la Catequesis. Para ello dio sostenido e incondicional apoyo a Mons. José
Sótero Valero Ruz, quien era el Director del Secretariado de Catequesis,
Secretaría que luego se convirtió en el Departamento de Evangelización y Catequesis.
Con el apoyo de esa infraestructura acertadamente organizada y dirigida por
Mons. Valero, se dio inicio a una tarea de formación de evangelizadores, los
cuales, repartidos en las diversas parroquias y bajo la dirección de sus
respectivos párrocos, realizaron las Misiones de Evangelización organizadas por
el Señor Arzobispo con motivo de los 70 años de la creación de la Diócesis de
Valencia, entre los años 1991 y 1992, y luego participaron en la preparación y
organización de la segunda visita del Papa Juan Pablo II
a Venezuela el año 1996.
Durante estos años se ha mantenido y
acrecentado fuertemente el trabajo catequético en las escuelas públicas y
privadas, a través del Programa Educación Religiosa Escolar (ERE), mediante
el convenio suscrito en 1991 por la Arquidiócesis con el Gobierno de Carabobo,
y el convenio suscrito entre la República de Venezuela y la Conferencia
Episcopal Venezolana, en octubre de
1992. Para su trabajo personal de testigo de la fe, el Señor Arzobispo produjo,
desde febrero de 1993, un programa televisivo en NCTV, llamado Palabra de
Vida, que, con una breve interrupción por motivos de salud durante el
año 1998, es transmitió todos los domingos. Asimismo, se preocupó por escribir
homilías sumamente importantes, las cuales, además de ser reseñadas
generosamente por la prensa local han sido compiladas en una obra, en dos
volúmenes, llamada Jesucristo, Camino, Verdad y Vida,
publicada el año 1993, junto con otras Homilías, artículos y conferencias
escritos con anterioridad a su llegada a Valencia. Consideramos nuestro deber
destacar su clásico Discurso intitulado “La Valencia de mis sueños”, pronunciado en el Teatro
Municipal valentino, el 25 de marzo de 1995, con motivo del cuatrocientos
cuarenta aniversario de la ciudad de Valencia.
Está pendiente la publicación de sus Homilías desde el mes de agosto de
1992.
Esta tarea evangelizadora, de proclamación
y de enseñanza de la Palabra de Dios, la ha realizado el Señor Arzobispo en
todas las Parroquias de la Arquidiócesis, que visita continuamente, no sólo en
ocasión de las Fiestas Patronales y para la administración de las
Confirmaciones. De esta manera está en contacto permanente y frecuente con los
Sacerdotes de la Arquidiócesis, con la situación de cada comunidad.
Si el tercer Obispo Mons. Gregorio Adam
resume el ideal y el sueño de sus antecesores de construir un gran Seminario,
Mons. Luis Eduardo Henríquez resume el perfil del ideal del Sacerdote de
Cristo. Ambos ideales convergerán con el sexto Obispo y segundo Arzobispo de
Valencia Mons. Dr.
Jorge Liberato
Urosa Savino. Fue Rector del
Seminario
San José de El Hatillo, y luego del
Seminario Interdiocesano Santa Rosa de Lima de
Caracas. Esta vasta
experiencia la manifiesta en una serie de artículos sobre el tema
Sacerdocio,
Seminario y Vocaciones, donde su inteligencia ilumina la actualidad del
tema trascendental en la vida de la Iglesia
[16].
En su Homilía en la Misa Solemne de Toma de Posesión Canónica, el 25 de mayo de
1990, expresó su interés por el tema “
y a
todos los Seminaristas, mi especial predilección y estímulo”.
En su primera Misa Crismal, Jueves Santo,
realizada el 28 de marzo de 1991, Enviado a Anunciar la Buena Nueva, invitó a reflexionar por la urgencia
de orar, fomentar, promocionar y desarrollar las vocaciones, debido al
crecimiento vertiginoso de la población en Carabobo. Esto lo lleva a proyectar
claramente, en su Exhortación Pastoral con ocasión de la XXVI Jornada Mundial
de Oración por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas, el 14 de abril, algunas líneas de acción en la
Arquidiócesis o intensificar las ya existentes: 1- La inclusión de una
intención por las vocaciones en todas las oraciones de los fieles en la
celebración de la Santa Eucaristía; 2- La realización de la Hora Santa Sacerdotal
semanal por las vocaciones; 3- El rezo del Santo Rosario por las vocaciones; 4-
La fundación -donde aún no exista- de la Cruzada Orante, asociación de fieles
que tiene como finalidad orar por el fomento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; 5- Reuniones con los catequistas para leer y comentar con ellos el
mensaje del Santo Padre Juan Pablo II; 6- Celebración de foros, reuniones y
convivencias con los jóvenes sobre el tema vocacional; 7- Constitución de
equipos de pastoral vocacional en las parroquias, escuelas y colegios
católicos. De aquí se va fraguando nuevamente el sueño de un gran Seminario
hecho realidad; dice el Señor Arzobispo:
Durante las últimas décadas el Seminario
funcionó en la querida casona de La Pastora.
Pero el desarrollo de nuestra Iglesia Arquidiocesana la fue haciendo
insuficiente y, por ello, en 1992,
expresé la urgente necesidad de proveer con una nueva casa a la formación de
los jóvenes que, llenos de ilusión, quieren consagrarse al servicio de Dios y a
la salvación del mundo, como sacerdotes de Jesucristo. Consultas y sondeos al
Clero y a los Obispos Auxiliares Martínez y Del Prette, fueron perfilando mejor
la idea. La generosidad de las familias González Giménez, Scarano y González
Henríquez, que donaron los terrenos que integran esta hermosa propiedad,
hicieron más cercano el sueño hecho realidad en esta primera etapa de la nueva sede del Seminario Arquidiocesano ´Nuestra Señora del Socorro de Valencia’”[17].
La primera piedra se colocó el 2 de marzo
de 1996 y se comenzó a construir el Seminario en el mes de mayo de 1997; un año
después, el 10 de octubre se inauguró la primera etapa. El 17 de julio de 1999,
se concluyó la segunda etapa, consagrándose la Capilla del Seminario. Esta
realidad que al principio fue un sueño, se convirtió -así lo expresa el Señor
Arzobispo- en “
un canto de esperanza y
afirmación de la vitalidad de los católicos de Carabobo, que con un solo
corazón han expresado aquí su fe viva en Cristo, en la Iglesia y en el
Sacerdocio”
[18]. Como acontecimiento importante en el
crecimiento del Seminario Arquidiocesano, el 30 de septiembre de 1996 se creó
la Escuela de Teología
[19]. El 17 de julio de 2005 en
la Sagrada Congregación para la Educación Católica, en Roma, se firma el
Decreto y Acta de Afiliación de los estudios teologicos a la Facultad de la
Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia.
Interior de la nueva sede del Seminario de Valencia
El total de ordenaciones sacerdotales
realizadas en el pontificado de Mons. Urosa fueron las siguientes: 1991: José Gregorio Yoris Ramírez, Arturo
Kannee Aveledo, Carlos Federico León Morillo y Livio José Ledezma Santander Padres
Escolapios; 1992: Ricardo
Antonio Lozada Acosta, Carlos Torreiro Pan, Henry Miguel Kristen y Germán
Agustín Salazar Lira, ambos de los
Padres Paúles; 1993:
Wolfgang Antonio González Juárez, Moisés de Jesús Higuera, Wilfredo
Pérez Molina, Luis Pinto Plascencia, Kafka Pirela Soto, Ignacio Antonio Espinoza (Por
Mons. Ignacio Velasco) y William Machado (Por Mons. Alfredo Rodríguez), ambos los Padres
Salesianos; 1994: Oscar Alexis
Corona Hernández; 1995: José Albero Cantanho, Joel de Jesús Núñez
Flautes, Luis Ernesto Padrón Parra, Luis Manuel Díaz Páez y Alberto
Arvelo Márquez Quintero; 1996: Carlos Eduardo Romero Álamo, Frank
González, de los Padres Salesianos (Por Mons. José Ángel Divassón), José Luis Rea y Julio
Daniel Mujica Villalobos, (Ambos de los Hijos de la Sagrada Familia Jesús,
María y José); 1997: Jonhny
Olimpo Monzón Rodríguez, Miguel Ángel Pirela Soto, Jhonny José Soto
Silva y Francisco Díaz Juárez, de la Fraternidad Misionera de
María; 1998: Ignacio Humberto Moreno
Montiel; 1999: Máximo Antonio Tovar Flores; 2000: Antonio Luis
Arocha Mendoza; 2001: Alber Junior Pacheco, de los Padres
Salesianos; y Luis Ignacio Ilija
Perdomo, de los Padres Operarios Diocesanos; 2002: Víctor Leonard Flores Rojas,
Alfredo Raúl Fermín Vivas y Gerardino
Barrachini González; 2003: Alex Guillermo González Graterol, José
Gregorio Ilija Turkalj, José Luis Nunes Gomes y Félix Amador Rizo;
2004: Miguel Ángel Romero Partidas y Mario de Jesús Rivas; 2005:
Luis Fernando Briceño García y José Ramón Páez Hidalgo.
El 19 de septiembre de 2005 es nombrado
Arzobispo de Caracas, el Excmo. Mons. Urosa, dejando un trabajo apostólico
activo en la Iglesia diocesana valenciana.
VII
Monseñor Reinaldo Del Prette Lissot, séptimo Obispo y tercer Arzobispo de Valencia
El Pontificado del Excmo. Mons. Reinaldo De Prette Lissot se inicia con su
nombramiento como “Administrador Apostólico” de la Arquidiócesis de Valencia,
el 10 de octubre de 2005. Siendo Obispo de la Diócesis de Maracay, tenía que
llevar la carga pastoral de su Iglesia de origen, hasta su elección como su III
Arzobispo, el 10 de abril de 2007. Toma posesión canónica el 16 de junio del
mismo año. Se encuentra con una Iglesia en crecimiento de fieles comprometidos
en las comunidades parroquiales. Sin embargo, la población carabobeña ha
sufrido un vertiginoso aumento de emigraciones y muchos creyentes mantienen una
fe débil y superficial.
Ya lo decía el Primer Arzobispo, el Excmo. Mons. Luis Eduardo Henríquez:
“
El pueblo venezolano, en general, es
creyente, más con honrosas excepciones; es tradicional, pero superficialmente
creyente; con cierta frecuencia muestra un divorcio entre la vida y su
profesión de fe. De esta raíz de fe y de inconsecuencia brota la fuerza y la
debilidad de la Iglesia en Venezuela”
.
También es la debilidad de la Iglesia carabobeña, a pesar del dinamismo
apostólico de nuestros obispos, la tarea de la evangelización es urgente en la
Arquidiócesis. El Arzobispo Mons. Del Prette en su homilía de la toma de
posesión elevaba esta suplica al Señor:
Sé, Señor, que recibo
una Iglesia en crecimiento, donde muchas de las familias carabobeñas han sabido
transmitir a lo largo de los siglos la fe cristiana inspirada en los valores y
principios del Evangelio. Conozco también mi responsabilidad como Pastor;
recientemente el Santo Padre Benedicto XVI nos ha recordado a todos los Obispos
nuestro compromiso, cuando, dirigiéndose a los Obispos brasileños antes de la
inauguración de la Quinta Conferencia del Episcopado Latinoamericano en
Aparecida, decía: “Nosotros los Obispos somos convocados para manifestar la
verdad central de nuestra fe…que la verdadera vía de la salvación consiste en
conformar nuestra voluntad a la voluntad de Dios… que como maestros de la fe
tenemos que recordarle siempre a la gente lo que el apóstol de los gentiles
escribía, que nuestro Salvador “quiere que todos los hombres se salven y
lleguen al conocimiento de la Verdad” (1 Tim. 2, 4-6) … Esta es la finalidad y
no otra, la finalidad de la Iglesia, la salvación de las almas una a una”. De
esta manera nuestro Ministerio Episcopal nos impele al discernimiento de la
voluntad salvífica, en la búsqueda de una pastoral que eduque al Pueblo de Dios
a reconocer y a acoger los valores trascendentes en la fidelidad al Señor y al
Evangelio.
El Arzobispo Del Prette es consciente que
la finalidad de la Iglesia en el mundo es presentar la persona de Jesucristo
como camino de salvación. Las estructuras de la Iglesia, como medio de
santificación, están en un segundo plano. Por eso, hay que volver al Evangelio
y centrar el anuncio de la salvación en la Palabra de Dios. Los Sacerdotes son
los primeros que están “convocados para
manifestar la verdad central de nuestra fe”. El carisma del Arzobispo,
expresado en su lema episcopal, Servite
Domino in laetitia, puede contagiar a todos los fieles a vivir una nueva
renovación de la fe. El 27 de septiembre de 2007, recibe el Doctorado Honoris Causa por la ilustre
Universidad de Carabobo.
Al llegar el Arzobispo Del Prette a la Arquidiócesis se encuentra con un
florecimiento de vocaciones en el Seminario Arqudiocesano “Nuestra Señora del
Socorro” de Valencia; sin embargo, sigue siendo pocas en comparación con el
aumento de la población, que necesita urgentemente ser atendida por un pastor.
De ahí que inicia su pontificado creando las siguientes parroquias: El 7 de
agosto de 2006, “La Presentación del Señor”; el 4 de octubre de 2007, “San José
Obrero”; el 15 de septiembre de 2009, “Santísimo Redentor”; el 11 de noviembre
de 2010, “San Juan Apóstol”; y el 1 de
diciembre del mismo año, “La Inmaculada”.
Para conocer mejor la realidad arquidiocesana, que
componen nuestras comunidades parroquiales, a principio de 2008, el Arzobispo
ha emprendido las visitas pastorales, de jueves a domingo, en cada comunidad
parroquial. Estas visitas tienen como objetivo tener mayor contacto con todos
los fieles cristianos, especialmente quienes pertenecen a los grupos o
movimientos apostólicos. El Arzobispo se convierte así en el primer animador de
sus colaboradores más cercanos e inmediatos que son los Sacerdotes, Religiosos
o Religiosas. Esta animación hace que se mantenga una comunión más estrecha con
su presbiterio, y esto conlleva a buscar un concenso en la planificación
pastoral.
Aunque no se tiene un “proyecto pastoral
Arquidiocesano”, plasmado orgánicamente, la Arquidiócesis de Valencia cuenta
con un dinamismo apostólico a través de los Departamentos de Pastoral:
Catequesis y Biblia, Juvenil, Familia y Vocacional, Comunicación Social y
Cáritas, Ministerios laicales y Diaconado Permanente, Evangelización y Misión.
El interés por la “Misión Continental” va marcando las pautas en las
actividades de la evangelización y formación de los laicos. A la luz de las
enseñanzas de Aparecida y del Concilio Plenario de Venezuela, cada director de
estos departamentos ha renovado las líneas pastorales con el impulso dada por
el nuevo Arzobispo.
La “Misión Continental” es el eje
transversal de todas las actividades pastorales. Es una nueva forma de
evangelizar. Por eso, el Arzobispo ha creado el Departamento de “Evangelización
y Misión” para cumplir con la misión permanente de la Iglesia. Sabemos que es
una tarea prioritaria en la vida pastoral de las comunidades parroquiales. Pero
esto requiere tiempo, dedicación y preparación en la formación de los nuevos
agentes evangelizadores, pues se busca crear conciencia misionera en la vida
eclesial.
Cada parroquia, según su realidad y
necesidad social, procura organizar las comunidades eclesiales. El Arzobispo Del Prette ha insistido reiteradamente
en los cambios que tienen que darse en la pastoral diocesana valenciana, así lo
resumía en una entrevista dada al diario Notitarde, el domingo 11 de noviembre
de 2012, por motivo de las fiestas patronales de la Arquidiócesis, señalaba:
“La Iglesia tiene que darse al pueblo, la
Palabra de Dios debe llegar al pueblo y el cristiano católico debe orientar su
vida por la Palabra de Dios. Se deben descentralizar las parroquias y que los
catequistas y los agentes de pastoral deben llevar la Palabra de Dios a las
comunidades”… “Para cambiar lo primero es la conversión, la
Iglesia incluso institucional se tiene que convertir, tiene que cambiar, no
puede seguir amarrada a una cantidad de cosas que no van ni vienen en lo que es
la Iglesia de Jesucristo (...) pero ¿cómo
nos vamos a convertir si no leemos la Palabra de Dios, si no oramos con la
Palabra?” … “Necesitamos que los
cristianos católicos nos hagamos sentir en la Iglesia, la vida cristiana exige
que en cualquier sitio donde estemos demos testimonio como discípulos de
Cristo. No puede haber un cambio de sociedad si no se traduce la fe en vida”
(…).
Esta renovada visión pastoral requiere una
nueva experiencia de Dios desde la Palabra de Dios. Este llamado a todos los
cristianos (sacerdotes, religiosos y seglares) significa volver a poner en el
centro de nuestra fe la persona de Jesucristo y no la Iglesia; es decir, no
quedarnos en las estructuras y organización de la misma que son pasajeras, sino
en Aquel que es el mismo Ayer, Hoy y Siempre. Sin una conversión verdadera en
la fe, seguiremos añorando un pasado estéril y no damos pasos en la Iglesia a
los nuevos retos que tenemos que afrontar.
Con la celebración del primer centenario de la Coronación canónica de la
Venerada Imagen de “Nuestra Señora del Socorro” de Valencia, el 13 de noviembre
de 2010, la Iglesia diocesana se encamina a cimentar su verdadera devoción a la
Madre de Dios bajo aquella preciosa advocación en una sólida historia de la
imagen en las mismas raíces del pueblo humilde y sencillo. La imagen es
conocida y debe darse a conocer a los niños, a los jóvenes y a todo el pueblo
de Dios. Ella pertenece a la gente. Por eso, el obsequio de la “Rosa de Oro”
del Santo Padre Benedicto XVI representa el mejor regalo de fe de esta Iglesia mariana.
La publicación del libro “Yo soy el Socorro de Valencia”,
auspiciado por el Banco BOD, recoge la mejor expresión de fe a la Madre de
Jesús. Hay un crecimiento del amor y devoción a la Madre del Socorro, gracias a
la visión pastoral del Arzobispo Mons. Del Prette. No hay que esperar los 13 de
noviembre para ser dovotos del Socorro, sino saber que su imagen milagrosa
sigue estando en esta Iglesia, en cada corazón a quienes invocan su auxilio
permanente.
En el Seminario de Valencia que lleva el
nombre de Aquella advocación mariana, se consolida la formación integral de los
futuros sacerdotes. Sin embargo, no podemos dejar de orar e invitar a jóvenes
valiosos para la opción ministerial. Se necesita un plan vocacional más
agresivo en todas las parroquias. Los primeros promotores son los sacerdotes,
quienes con su ejemplo y alegría ministerial pueden despertar el llamado a
muchos jóvenes inquietos y ansiosos para seguir a Jesucristo.
Sin embargo, Dios nos ha bendecido con
muchas ordenaciones en el pontificado de Mons. Del Prette, y son las
siguientes: Rubén Darío
Esis Flores, Víctor Alexander Colina (Escolapio), Williams Tomás Costa
Figuera (Escolapio), Marco Antonio González, Benedictino (De manos de Mons. Gustavo García
Naranjo); Lucas Armando Dionisio
Gaspar, Alexis José Tovar Flores, José Emilio Teixeira, Jhonny
Wladimir Rivas Quintero (Maristas), Willilardo Ramón Álvarez
Hernández, Francisco Javier
Sánchez Pandare, Andry Alberto Álvarez Hernández, Manuel
Alejandro García Álvarez, Álvaro José García González, Cristian Manuel
Guerrero Sánchez, José Ricardo Vivas Ramírez, Elking Vianney
Rincón, Iber Orlando Pío Aguilar Aguilar, Gilberto Marrero
Carrillo (Maristas), José
Manuel de Jesús Ferreira (Padres Dehonianos), Ángel Antonio
Volcán Lara (Padres
Dehonianos), José Gregorio González Benítez (Padres Dehonianos), Alexis Rafael Medina Medina, Luis
Alejandro Suárez Ojeda (Padres Paúles), Wilmer Alexander Moyetones
Hernández (Padres Operarios Diocesanos), Fabián Eduardo Padilla Hoyos
(Padres Salesianos), Ángel Teobaldo Pacheco Escalona, Aníbal Saúl
Ochoa Castro, Rodolfo Armando Verastegui Tovar, Darwin Javier
Vásquez Morales, Salesiano (Por Mons.
Tulio Luis Ramírez Padilla);
Warner Gregorio Colmenares Marquéz, Edwing Ernesto Jiménes Vizcaya,
Juan Antonio Rodríguez Pinto y Javier Alexander Rodríguez Hernández.
Sabemos que los nuevos sacerdotes salidos
del Seminario son hombres de Dios entregados a la misión de la Iglesia. Y
aquellos que llevan sus años en el ministerio, que también salieron del Seminario,
son sacerdotes ejemplares en el servicio diocesano. En esta fraternidad
sacerdotal se llevaron a acabo dos eventos eclesiales a nivel nacional en el
2012, el “Encuentro Nacional de Jóvenes, ENAJÓ”, y el “IV Congreso Nacional
Misionero, CONAMI”. Asimismo, el Papa Benedicto XVI tuvo a bien, nombrar del
clero valenciano, a Mons. Tulio Ramírez, como Obispo Auxiliar de Caracas.
La Iglesia de Valencia sigue avanzando, en
la promoción humana, la caridad cristiana y la opción por los más pobres. Las
parroquias son cada vez más centros de acogida. Pidamos a la Santísima Virgen
María, la Madre de Socoro, bendiga el ministerio episcopal del Arzobispo Del
Prette.
De izquierda a derecha: Mons. Nelson Martínez Rust, Mons. Reinaldo del Prette Lissto, Mons. Jorge Urosa Savino.