UNA IGLESIA
CENTENARIA: UNA MIRADA DE FE
Catedral de Valencia actualmente (2019)
Al celebrarse el primer centenario de
nuestra Iglesia diocesana, tenemos la oportunidad de fijarnos en el papel que
ha jugado cada obispo valenciano en las diversas etapas de la historia
eclesiástica carabobeña. Detrás de ellos encontramos innumerables creyentes
–sacerdotes, religiosas y religiosos, seglares- que prestaron y prestan su
servicio con toda generosidad en todas las parroquias de la Arquidiócesis.
Fueron capaces de soñar y soñamos por llevar a cabo la vida apostólica de las
primeras comunidades cristianas y apostamos por el crecimiento y la
santificación de esta Iglesia. Los Obispos representan los sucesores legítimos
de los Apóstoles de Jesucristo, y ellos nos garantizan, junto con el Obispo de
Roma, Sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo, la plena comunión con la
Iglesia Católica.
El desarrollo de este apartado busca sintetizar
el recorrido de estos 100 años de evangelización. Hacer una lectura de los
hechos históricos, desde la fe, significa reconocer la historia de salvación en
la misión permanente de la Iglesia que sigue sembrando la semilla de la Buena
Nueva en el terreno de los nuevos desafíos de este tiempo. En el presente, y
así ocurre en todos los tiempos, el mayor desafío de la Iglesia es volver
siempre a la fuente y a la frescura del Evangelio de Jesucristo. Se hace
necesario renovar la fe en la persona de Jesucristo para profesar una fe
entusiasta y militante por esta Iglesia particular que llamamos Arquidiócesis
de Valencia.
Celebrar el primer centenario de esta Iglesia, queremos tener ya una
proyección de futuro que, sin ánimo de adelantar el tiempo, pero sin caer en la
improvisación, pueda ayudarnos a delinear nuestra acción pastoral
arquidiocesana. Adelanto que no pretendo sugerir un proyecto pastoral. Sabemos
que no tenemos que inventar nada, sólo volver a retomar las grandes líneas
pastorales del Concilio Vaticano II que se ha venido trazando en los textos de
las Conferencias Episcopales Latinoamericanas, y últimamente en el Concilio
Plenario de Venezuela. Para esto, se hace necesario conocer la trayectoria
histórica de nuestra Iglesia diocesana.
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